Quienes me
conocen saben que si hay un medio de transporte que detesto es el marítimo.
Odio los barcos, no me gustan, mi cuerpo no los puede resistir!! Enterarme con
el viaje comprado que tenía un tramo largo en ferry, con camarote incluido no
fue agradable, pero después de todo, éste sería mi largamente proyectado viaje
a Grecia y todo estaba permitido para cumplir mi sueño.
El ferry
partiría desde Santorini a las 0:50, lo que ya era un fastidio considerando que
tendría que estar haciendo huevo hasta las 23:30, hora en que el transfer pasaría por mí en el hotel.
Subí fotos a Facebook, chateé con algunas amigas y
a las 23 bajé solita mis dos pesadas valijas por escaleras (cómo gustan de los
escalones los griegos!!!) para llegar a un lobby vacío y sin gente a la vista.
Evidentemente
no tenían atención nocturna, ya que el lobby directamente estaba cerrado con
llave, sin timbre ni campanilla alguna para llamar al encargado; así que dejé
mi llave en una mesita que encontré y, a falta de lugar donde sentarme salí a
esperar en el jardincito delantero, donde pude depositarme en un sillón húmedo
por el rocío de la noche, mientras me congelaba a la intemperie media hora más.
Debo
confesar que no sé cómo llegué con vida al puerto, en esa oscuridad tan negra y
a la velocidad que íbamos en medio de una ruta peligrosa, plagada de curvas
cerradas, que –como si nada- la chofer
tomaba por el medio!!!!
Por suerte
me reencontré con un matrimonio australiano al que había conocido en Mykonos y
juntos nos sentamos a conversar mientras tomábamos un café. La espera fue
realmente larga y finalmente llegó el ferry con una hora de atraso!!!!
Hecha una
bolsa de nervios tomé mi Dramamine antes del embarco.
El viaje
fue un pequeño infierno, mi cabeza daba vueltas y no pude dormir más que una
escasa horita entre las 6:30 y las 7:30, después de vestirme completa por pensar que
habíamos llegado y sólo se trataba de una parada intermedia.
Maldormida
y de muy mal humor, con la cabeza agitándose al ritmo de las olas, llegué a
Rodas.
Mi primera
impresión fue mala, como me había ocurrido con las otras islas griegas antes de
recorrerlas.
Mi chofer estaba paradito portando mi nombre en un cartelito, pero no apareció asistente alguna
para brindarme información. Y era absurdo pedir información al pobre hombre,
que ni siquiera sabía decir hola en inglés.
La primera
impresión del hotel fue grata. Lo había visto previamente por internet y me
había parecido una cueva, pero la habitación era amplia y confortable, con un
enorme ventanal y un balcón que daban a una hermosa piscina.
Pensé que
la asistente me esperaría en el hotel, pero tampoco estaba ni había dejado
mensaje alguno para mí.
Busqué
entre mis papeles el teléfono de la agencia para enviar un whatsapp. Entonces
fue advertida de que no había wi fi libre en las habitaciones, sólo en el
lobby. De paso, también me informaron que las habitaciones no tenían caja de
seguridad; que si quería depositar mis valores debería pagar un extra y hacerlo
en concerjería!!!!!
Bajé e
inútilmente traté de conectarme. La red era abierta pero luego pedía una
autenticación que mi celular no permitía
hacer. Entre dos empleadas intentaron ayudarme y no lograron nada, recomendando
que regresara a las 15 cuando entraría en su turno un empleado más tecnológico.
Mi humor
comenzaba a agriarse.
Entonces
decidí tomar una siesta. Después de todo no había dormido en toda la noche.
El sol ya
pegaba en mi ventana y el calor era agobiante. Intenté encender el aire
acondicionado sin lograrlo. Como justo estaban en el pasillo las mucamas, llamé
a una y le indiqué mi problema. Sólo me dijo de mal talante que llamara a recepción.
Como el
control remoto del televisor tampoco funcionaba, llamé por las dos cosas.
Alegremente me informaron que el aire acondicionado central no funcionaba y que
tratarían de conseguirme un ventilador.
¿Ustedes lo
vieron? Porque yo no!!!!
Tanto
toquetear logré al fin encender el televisor. Todos canales en griego. Unos 7
en total. Seis se veían mal y uno se veía peor.
Muuuuuy
caliente, bajé nuevamente a recepción, pedí un mapa de la ciudad y decidí
caminar buscando un restaurante con wi fi libre y algo de agua mineral (ah,
porque aquí el agua no es potable)
En el
camino, traté de cruzar una calle teniendo el semáforo de peatones en verde,
cuando una camioneta que ya estaba estacionada sobre la senda peatonal arrancó
de repente y alcancé a frenarla de un grito y un manotazo.
Me puteó en
griego. No hubo forma de hacerle entender que el hombrecito seguía en verde
habilitándome a cruzar y terminé puteándolo en argentino.
Después me consoló ver que, al igual que los italianos, todos se puteaban en las calles, entre conductores, conductores y peatones, peatones entre ellos.
Llegué a un
restaurante italiano y entré. Eran las 12 del mediodía. Tenían wi fi libre y se
solucionarían todos mis problemas: mi hambre, mi incomunicación y el contacto con los imbéciles de la agencia griega.
Pero nada
más distante de la realidad. Iba a sentarme en una mesa cuando un tipo de mal
modo (parece ser una característica de los nativos de aquí) me dijo que aún no estaban listos. ¿Las 12 y no estaban listos para el
almuerzo?
Seguí
caminando y entré a otro restaurante. También alegremente me informaron que
abrían a la 1. Aclaro que todo esto a puertas abiertas y con el menú en un
atril en la entrada. Si no están atendiendo, ¿por qué no cierran las putas puertas???
Con mi
estado “olla presión en ebullición” entré a un supermercado y compré agua y
algunas galletitas. La cajera fue la primera persona amable que encontré. Tal
es así que me dieron ganas de abrazarla y llorar de la emoción!!
Volví con
mi compra al hotel, para pedir las toallas de piscina en recepción y al menos
refrescarme en la pileta (ya que acá nunca son climatizadas) y allí me informan
que no entregaban toallas… a secarse al sol!!
No sé si
primeras impresiones son las que cuentan o no, pero hoy es un día tan negro que
no voy a intentar siquiera poner nuevamente un pie en la calle hasta mañana.
Esperaré al
genio de la computación y tal vez use la piscina… no sé si será conveniente
hacerlo precisamente hoy!!!
¿Martes
13?... no, lunes 17.
Espero que a esta hora (recién tengo tiempo de leer esta seguidilla de desgracias) haya pasado todo, que tengas una buena cena, mejores sueños y mañana ya te parezca que fue una pesadilla.
ResponderEliminarYa todo pasó y te puedo asegurar que Rodas es de las cosas más lindas que vi en este viaje.
EliminarComo dije en algún comentario en Facebook, yo soy así: necesito hacer catarsis y después pasa enseguida.
Tengo mil y una anécdotas de situaciones en Rodas, pero quedarán para otro post.
Besos!!
Ya estás comenzando un nuevo día, con muchas cosas lindas por descubrir!!! Qué nada ni nadie, empañe el sueño que estás cumpliendo!!! Espero que el agua helada de la piscina no te haya resfriado! Y seguí descargando tus tensiones. Eso hace bien! Cariños
ResponderEliminarDefinitivamente vinieron nuevos días y muy buenos!! No permito que nadie me arruine un viaje, sólo yo puedo hacerlo jajaja
EliminarLas explosiones son buenas. No hay que guardar m...
Besos!!!