domingo, 25 de marzo de 2018

Animales de playa


Ante todo tengo que decir que me gusta el mar. Soy de las que suspiran cuando ven fotos de playas paradisíacas de aguas cristalinas y arenas blancas; y de aquéllas que se babean viendo una hilera de palmeras. También me gusta mucho el agua. Estaría horas boyando a la deriva o jugando con las olas.
Pero del dicho al hecho...
Confieso que soy del tipo "turismo ezquizofrénico". De esos tours de 20 países en 30 días y régimen militar: 5 hs. llamada; 5:30 maletas en la puerta; 6 hs desayuno y 6.30 partida... hacia un destino pero no sin antes hacer 25 paradas por el camino. Eso sí: salir vestidita y llegar vestidita y lista para un buen baño!!
Lógicamente con este panorama la playa me aburre!! No entiendo cómo la gente puede estar horas tirada como un lagarto al sol haciendo NADA, levantándose sólo para un chapuzón ocasional.
Además, ¡¡todo ese incordio!!! 
Tal vez la cosa cambiaría si hubiera playas techadas, pero dado que eso aún no existe (y no creo que sea rentable), está el infame sol que se relame al ver pieles tan blanquitas y jodidas como la mía.
Así, cada vez que salgo debo encremarme entera: protector solar de bebé para al menos tener una insolación tratable, cuestión que se hace difícil viajando sola, ya que hay lugares a los que las manos no llegan, por más que intente posiciones contorsionistas. Y así, termino quemada donde los manotazos no llegaron a encremar la espalda.
No olvidar tampoco el labial de manteca cacao. He tenido la experiencia de labios flechados y no resultó agradable, por cierto.
Sombrero, por supuesto. También me he quemado el cuero cabelludo y puedo recordar lo doloroso que fue y lo odioso de no poder calmar el ardor!!
Y nada más salir y comenzar a sudar.
Entonces el sudor se mezcla con el protector solar haciendo una crema apestosa y tufienta que comienza a chorrear... hasta llegar a la playa porque ahí el viento y la arena se encargan de marinarte el cuerpo. En este punto se pierde la humanidad para transformarse en milanesa.
Y la arena... qué linda se ve en las fotos pero qué sucia, caliente e inmunda es en vivo!! Si vas descalza te quema los pies; si tenés ojotas o sandalias, comienzan a llenarse de esos granitos molestos!!
Con suerte habrá una sombrilla o palmera amiga que te proteja del sol directo. Pero aún así, a los 5 minutos de estar allí debajo, sólo quiero mojarme!!!!!!!!
Y ahí... al mar!! que es cálido sólo en folletería. Conocí varias playas y debo decir que nunca encontré una de aguas cálidas. Lo más cercano fue templadito. Pero bueno, el cuerpo se acostumbra a todo.
Así, la marinada se vuelve salsa, sumado al salitre del mar. Una pasta asquerosa!!!, sin mencionar la arena y/o sal que se va acumulando en lugares poco apropiados.
Y soy jodida. Sí que lo soy. Un mar sin olas me parece sumamente aburrido. Para eso, me baño en una pileta!! Y si tiene demasiadas olas, te tumban a la mierda y terminás tragando agua salada.
¿Punto medio? No hay.
Y está el otro tema, si es que viajás sola como yo: las pertenencias!!! ¿Cómo podés estar tranquila dándote un baño cuando tenés tu bolso, tu cámara, tus anteojos, lejos de tu alcance, en la playa?... ¿Y si los amigos de lo ajeno se lo llevan? Al menos yo no encuentro tranquilidad y mientras dura mi aventura acuática, cabeceo tanto hacia mi "parada" que me llega a doler el cuello!!!
Finalmente, destruída, con la malla llena de arena, el pelo pegoteado por la sal y la espalda que ya pica por el sol, volvés al resguardo de tu sombrilla.
¿Y ahora qué? Esperar a cocinarse del calor para que todo comience de nuevoooooooo... y en mi caso, con una única idea fija: volver al hotel a bañarme!!!!!!!!!
Definitivamente no soy un animal de playa.  Puedo llegar a aguantar un día, dos y al tercero sólo con chaleco de fuerza y a la rastra me llevan de nuevo!!!
Y generalmente donde hay playa, hay resorts. Pero ése será tema de otro post.