jueves, 5 de abril de 2018

Resorteando



Todo amante de la playa sueña con un buen resort all inclusive. En mi caso, playa, arena, sol, viento y resort sólo pueden combinarse para crear un verdadero infierno en la tierra!!!
Todos los hoteles son diferentes, pero una vez que conociste un resort, los demás son sólo variantes de la misma estructura con un solo objetivo en común: atrapar al turista y no soltarlo, que no encuentre una sola razón para salir de ese cautiverio!!
Para lograrlo, cuentan con una gran extensión de terreno donde concentran una mini ciudad, a saber: monoblocks de departamentos de colores pastel finamente decorados, mucha palmera, césped y flores, playa privada, varios bares y restaurantes, piscinas interminables, discoteques, teatros y un batallón de personas preparadas para satisfacer el menor capricho de los huéspedes (preparadas, lo que no siempre quiere decir que lo hagan!!)
La idea original de estos espacios creo que se la deben a Ricardo Montalbán y al fiel enano Tatoo, quienes en la serie "La isla de la fantasía" se encargaban de endulzar a los ingenuos televidentes setentosos con la idea de una isla paradisíaca donde todos los deseos podían hacerse realidad. Y tal era nuestra fascinación con ese mundo inexistente en aquellos años, que ni siquiera llegábamos a notar que no se trataba más que de una horrenda escenografía en la cual ni siquiera las palmeras eran reales y en ocasiones el césped se levantaba del suelo para dejar ver debajo el piso de cemento.
Así, recrean esa fantasía, de estar en un paraíso irreal en el que todo es bello y perfecto... aunque diste de serlo!!
Voy a dejar al margen de este comentario a los resorts de Venezuela y Cuba porque -si es que alguna vez han leído otros posts al respecto- ya sabrán lo que opino del Caribe, de los caribeños y de los problemas coyunturales que existen en ambos países, para dedicarme de lleno al último que visité, en Praia Do Forte, Brasil.
Para comenzar, te entregan el mapa, algo de vital importancia y poca utilidad, ya que generalmente están alterados los puntos cardinales, o los dibujos son confusos, lo que puede hacer que termines en el resort vecino arrestado por intrusión.
En realidad te arrestan de entrada, cuando te colocan la pulserita, que -si bien no es electrónica como la  de los presos- tendrás que cargar el resto de tu estadía. Así, todo el mundo llevará la marca de agua (la raya pálida de la pulserita en un brazo tostado por el sol), lo que te da el status de "resortero".
Volviendo a Praia Do Forte, el esquema del resort era prácticamente igual a todos. Partiendo de que el clima es tropical y que quedan muy "onda Casablanca" los ventiladores de techo en destinos exóticos, evitan acondicionadores de aire en lobbies y buffets, creando espacios abiertos, sin puertas ni ventanas. Todo muy pintoresco... pero con una temperatura ambiente que supera la del aire libre al rayo del sol!!!
Así, cuando entrabas al buffet, te preguntabas si acaso te habías equivocado y estabas en el sauna, o si los hornos de la cocina estaban ubicados dentro del salón, porque la temperatura era infernal!!!, sin que sirvieran de mucho las decenas de ventiladores que iban a una velocidad equivalente a 2 km/h. Eso sí, al menos lograban que -estuviera tu mesa a la distancia que fuera- la comida se mantuviera caliente por más tiempo.
Encontrar tu habitación es sólo para aquellos que hayan sobrevivido al laberinto de Los Cocos (de noche y con los ojos cerrados) y hayan tenido como literatura de cabecera Buscando a Wally.
Cuando al fin ubicás el conjunto edilicio, hay que encontrar la habitación!! Los carteles suelen ser confusos y así hay que subir y bajar escaleras y recorrer largos pasillos hasta dar con el numerito indicado. Sí, todo a pata, porque sumado a la economía de acondicionadores de aire está la economía en ascensores. Trópico, paraíso, fantasía es incompatible con ascensores!!
Finalmente a recorrer los grandes parques. Aquí viene "la perdida mayor". En principio es conveniente seguir siempre el mismo caminito hasta que después de unos días puedas diferenciar el bloque 4 del 5 o del 6 y así encontrar el destino buscado.
Las piscinas son simplemente espectaculares, pero calientes!!!!!! ¿Por qué calefaccionar piletas en un sitio donde el sol puede llegar incluso a hacerte hervir los sesos? Inconcebible, pero así es.
Como todo resort, ofrecerá un servicio de recambio de toallas, que por alguna extraña razón siempre cierra después que las piscinas. Así, por ejemplo, en el resort brasileño (al igual que en aquéllos que antes visité), la piscina permanecía abierta hasta las 19 hs., en tanto el kiosquito de toallas cerraba a las 18!!! No me pregunten la razón. Si alguien la conoce, por favor me avisa.
Varias piscinas para elegir porque cada uno sabrá cuál evitar.
En mi caso había optado por "la de los tranquilos", lejos de la infantil, poblada de gente grande que sólo quería boyar en el agua sin patalear, nadar ni tirarse y lo principal: sin animadores!!!
Porque si me aguarda algún sitio en el infierno, seguramente estará atendido por animadores de resorts. Estos especímenes son personas hiperkinéticas, generalmente de más de la mitad de tu edad, dedicados a entretener (o molestar, como quiera leerse) a los huéspedes.
Así, 24 horas al día gritan, micrófono en mano, organizando juegos, partidos de voley, fútbol, tenis, pato o tiro al pichón, clases de gimnasia, de baile, de corte y confección... así todo el tiempo, todos los días!!!
Y como si fuera poco, a la noche ellos mismos protagonizan los shows del teatro, a mi criterio, de dudosa calidad. Si hay algo que detesto cuando voy a ver un espectáculo es que el show tenga que hacerlo el público. Los "shows participativos"... engaña pichangas para que el que labure seas vos!!!
En verdad me compadezco de los animadores, y casi puedo imaginar a esos pobres despojos de seres humanos cayendo desmayados por la noche, para arrancar a las 7 AM otra vez con toda esa hiperactividad!!
A los que toca la peor parte en los resorts es a los niños. Ellos no sólo arrancan temprano como sus papitos, que quieren hacer en 7 días lo que no hicieron en 1 año, sino que suelen ser endosados cual paquetitos a los miembros del equipo de entretenimiento. 
Algunos van contentos, otros a regañadientes se separan de sus padres para unirse a una vorágine de actividades de la mañana a la noche, que hacen que los pobres críos terminen cayendo rendidos a la cama sin chillar.
Para los que hablan un idioma diferente al de "las ardillitas" de los animadores, es una verdadera tortura, porque todas las canciones, juegos y órdenes son en el idioma nativo.
Y después de jugar en la pileta, en la playa, cantar y arrastrar sus piececitos por todo el complejo durante toooodo el día, por la noche marchan en procesión hacia la discoteca, donde lo que quede de esas pobres almitas se sacudirá un rato (si es que puede) al ritmo de música a todo volumen. Con suerte, en compañía de sus papitos, que si tienen hijos bebés, estacionarán los cochecitos en la puerta mientras esperan que los mayorcitos terminen de caer rendidos.
Otra de las formas de economía que todos los resorts tienen en común es la iluminación. 
Así como durante el día no vacilan en ostentar todo lo que ofrecen, por las noches se limitan a colocar unas luces pequeñas y paliduchas cada 3 o 4 metros en los caminos, de modo que si perderte era fácil con el sol en alto, de noche directamente podés llegar a desaparecer!!
La oscuridad se acentuaba en la zona de las piscinas, abiertas hasta las 19 hs. en un lugar que anochece a las 18. Allí había que echar mano a un bastoncito blanco para no meter la pata en la pileta o en un cantero y perder el equilibrio y algo más.
Esta nonna se manejaba con la linternita del celular. A ustedes les causará gracia, pero sinceramente no tenía ganas de terminar mis vacaciones con una pata enyesada!!
Y más allá de las actividades, el mar y las piscinas, comer y chupar... ¿qué más se puede hacer cuando no hay nada más en 10 km a la redonda?
En mi caso prefería elegir mi comida, nada raro, cosas de forma y color conocidos. Pero en todo all inclusive también existen los restaurantes temáticos a los que no se puede dejar de asistir. 
La regla es el buffet, pero según las noches de estadía hay derecho a cenar en restaurantes temáticos. En este hotel había tres: uno bahiano, uno gourmet y otro oriental.
Ahí entonces es hora de colocarse las galas (olvidadas tras días de vestir zaparrastrosamente en la playa y las piscinas) y asistir a un restaurante en el que se puede elegir a la carta y levantarse sin pagar.
Es el momento en que todos nos hacemos los "finolis" y ni siquiera sabemos cuál de los tres tenedores usar!!
En mi caso sólo asistí al bahiano y al gourmet desperdiciando una de las noches disponibles, ya que soy de comidas básicas (por no decir "soy jodida con las comidas") y sabía que lo raro no me iba a gustar.
La primera de las noches en el bahiano realmente no sabía qué elegir, porque era una combinación de todo aquello que detesto: pescado, mariscos  y cosas agridulces. De todos modos probé la famosa moqueca y me pareció excelente.
Al segundo día el gourmet me lo puso más difícil. Especialmente cuando pedí cerveza para tomar y me miraron como si hubiera querido hacerme un harakiri en medio del restaurante!!! Después de sortear posibilidades, terminé optando por un faisán crocante y el lomo a la nosequé con una especie de lemon pie redondito de postre. También salí airosa de la experiencia.
De más está decir que renuncié a la comida oriental. Ya había tenido oportunidad de hacerlo en Cayo Largo y sólo salí muerta de hambre y con olor a humo en la ropa por la fritanga.
Así, esta resortera terminó su estadía harta de no hacer nada a la vez que cansada de actividades sin sentido, flechada por el sol, rodando por los kgs de más que adquirió en los últimos días, con el hígado gritando "basta de alcohol" y puteando contra el Sr. Roarke y Tatoo, que te hacían creer  que eso era el verdadero paraíso...