domingo, 24 de septiembre de 2017

En todos lados se cuecen habas



Crecí escuchando acerca de la excelencia alemana, la puntualidad, la limpieza, la honestidad, la perfección... pero a poco de estar en Alemania y, previa visita a Suiza, me di cuenta que loa alemanes distan bastante de todas esas cualidades, o bien los han cambiado los años.
Después de una semana en Suiza, donde cada engranaje encaja de un modo perfecto con el otro y todo en conjunto funciona ininterrumpidamente sin errores ni contratiempos, llegar a Alemania fue prácticamente como volver a Argentina.
En realidad todo comenzó antes de mi estadía en Suiza, al poner mis pies en el aeropuerto de Frankfurt.
Se supone que las desprolijidades, demoras y chapucerías son derechos registrados argentinos, no alemanes. Que todo lo que me pasó en el viaje a Chile sólo puede ser posible con una aerolínea argentina, no con la snob Lufhtansa. Pero no, en todos lados se cuecen habas.
Llegué y consulté mi tarjeta de embarque: mi conexión salía de la puerta A-40.
Si bien tenía 7 horas entre un vuelo y otro, fui directamente a la puerta para quedarme tranquila, porque el aeropuerto de Frankfurt es monstruosamente grande.
Finalmente llegué y me instalé a leer, mientras esperaba.
Todo iba bien hasta que se acercó la hora de embarque.
Entonces nos notificaron de un cambio: el vuelo saldría de la A-37. Fuimos para allá y  me instalé a leer, cuando nuevamente anuncian un cambio: a la A-41.
Alli nos dirigimos, pero no llegamos ni a sentarnos cuando nos llaman a la 27!!
Como estaba lejos, ya comencé a correr para llegar a tiempo.
Después de tantos cambios, no me contenté con encontrarla, sino que pregunté a un empleado del mostrador si ésa era la salida para Zurich. Confirmó que sí. Y ahí me senté entonces tranquila, volví a sacar mi e-reader para leer.
Ni señales del abordaje. En cambio sí noté que la gente se movía inquieta... otra vez nos habían cambiado de puerta!!!! A la original A-40. Y esta vez ni siquiera se habían molestado en anunciarlo por los altavoces!!
Nuevamente a correr... y así llegamos todos a la puerta sólo para comprobar que en el camino nuevamente nos habían cambiado, a la A-36.
Y sí, fue la definitiva. Pero cuando atravesamos la puerta rumbo al avión, nos esperaba un bus, que por supuesto nos trasladó a otra puerta!!!!!!
Hubiera esperado eso en mi país, pero no en la perfecta Alemania!!!
Con una hora de atraso estábamos sentados en el avión cuando anunciaron una demora debido a que dos personas no se habían presentado y, por ende, había que bajar el equipaje del avión.
Oh, no!!, pensé... otro retraso!!!!
Miré por la ventanilla. Tres empleados se acercaron a la aeronave, de la que sacaron una cinta y acercaron un carrito.
Comenzaron a salir las valijas: una, dos, tres... diez!!!
Llenaron un carrito... y, después de unos 15 minutos, trajeron otro.
Yo pensaba: ¿cuánto equipaje tenía esta gente?
Lo cierto es que no estaban sacando el equipaje de los desertores, sino que tenían que encontrarlo!!!!!
De los tres empleados sólo uno retiraba los equipajes de la cinta, mientras los dos restantes (apoyados en el carrito) conversaban entre ellos, sonrientes, mirando al que trabajaba que, como no daba a basto tenía con frecuencia que detener la cinta, para poder bajar todo sin que cayera al suelo.
Uno trabaja, dos miran... ¿les suena, compatriotas?
Después de sacar todos los bolsos (o al menos un 80%) aparecieron las de los pasajeros que no habían subido al avión.
Entonces... a cargar nuevamente!!!!!!
¿Y creen que lo hicieron entre los tres?... no, no sean ilusos. Sólo cargaba bultos el mismo infeliz que había sacado el equipaje inicialmente.
Tras una hora de estar contemplando la perfección alemana en acción, el avión comenzó a moverse.
Llegamos tarde, malhumorados y cansados.
Yo llevaba más de 24 horas viajando, entre esperas, vuelos y demoras.
El fin de un mito... y el comienzo de un hermoso viaje!!!

6 comentarios:

  1. No los entendés: son juguetones! Era el juego de la oca para grandes!!
    Parece un chiste alemán y lo creo porque lo contás vos, que si lo leo por ahí, pienso que es un invento.

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    1. Sí realmente parecía un chiste argentino!!! Tuve que verificar varias veces y pellizcarme... estaba en Alemania!!!

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  2. Al menos lo que siguió después fue un bello viaje! Qué esto no te desanime y sigas disfrutando siempre, a pesar de los contratiempos!!! No cualquiera podría correr tanto y tener tanta paciencia!

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    1. Cualquier sacrificio es válido cuando se trata de viajar!!!

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  3. Menos mal que después todo fue bello!!! Y las habas no hay más remedio que comerlas tal como nos las sirven...

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