jueves, 21 de abril de 2016

Un corso a contramano



El día que partíamos hacia Córcega fue como si todo hubiera sido organizado para el desastre!!
Para empezar, teníamos prevista la salida a las 6 de la mañana, para tomar el primer barco. La noche anterior nos enteramos que habían cambiado el horario del ferry y no tendríamos que levantarnos tan temprano (qué alegría!!), pero pronto se nos pasó la euforia, cuando descubrimos que el barquito saldría después del mediodía, por lo que todo nuestro itinerario se modificaría y al llegar a Córcega tendríamos que dormir en Bastía en lugar de Ajaccio, lo que era doblemente malo. En primer lugar porque llegaríamos de tardecita/noche a Bastía, para recorrerla con furia y tomar fotos a media luz. Y en segundo lugar, porque Ajaccio pasaría al día siguiente, en el que tendríamos que recorrer a los apurones todo en un mismo día.
Le puse onda (juro que le puse onda) y allá partimos.
Lo bueno fue conocer un poco la ciudad de Livorno, que como sólo iba a ser un puerto de partida era de pasada y ahora estaríamos allí horas esperando el horario del ferry.
14:15 recién partió el barco.
No me gustan las travesías acuáticas; por eso nunca hago viajes con cruceros. Y ésta sería asquerosamente larga. Casi 5 horas de nada!! en un barco en el que sólo nos podíamos sentar afuera (atados, porque el viento te volaba) o en los bares, obligada a consumir.
Nunca había visto un barco que no tuviera asientos.
Después de comer, tomar y volver a comer para justificar poder depositar mi  maltratado trasero en una silla, encontré unos sillones en un lugar apartado del bar, en el que la gente se instalaba. Me desparramé como cachalote y me dormí. Sí, yo que no suelo dormir ni en los buses por miedo a roncar, lo hice ahí, en ese rinconcito del barco, que encima empezaba a agitarse al ritmo del oleaje de mar abierto (gracias, Dramamine que no me descompuse!!)
Creo que ronqué también, pero todos eran franceses o alemanes, así que poco me interesó que me vieran.
Qué aburrimiento!!!!
Finalmente llegamos. Bastía se presentaba como una ciudad maravillosa para recorrer, pero dado que llegamos a las  7 de la tarde, sólo contaríamos con hora y media para pasear.
Nos dieron una data de los lugares TOP y allá partí rengueando (ya que mi pie agonizaba a esa altura del día)
Recorrí la zona del siglo XIX y el puerto viejo, mirando y tomando fotos al mejor estilo japonés, tratando de retener la poca luz de sol que quedaba.
Cuando tocó el turno a un barrio llamado Terra Nova, se me quemaron los papeles. Sucede que no teníamos mapas porque la Dirección de Turismo ya 
había cerrado (sin palabras) y había que llegar preguntando.
Si los italianos son jodidos para dar indicaciones, los franceses ganan todos los premios!!!
Pregunté a cuatro personas; tres no sabían que existía Terra Nova y dos me mandaron a cualquier lado!! Cuando acordé, había perdido tiempo girando en círculo en esas callecitas intrincadas y ya no podría llegar hasta allá arriba de la muralla y regresar a tiempo al colectivo.
Con bronca seguí caminando y recorriendo lo que pude hasta que la falta de luz me impidió ver siquiera dónde caminaba.
Cansados, con frío y ganas de llegar, nos subieron al bus para partir hacia nuestro hotel.
Durante el viaje nos dieron todas las malas noticias. Como no teníamos previsto (verso, porque hasta el itinerario contemplaba la posibilidad de que los ferries cambiaran de horario y hubiera que modificar el recorrido), contrataron un hotel muy alejado (qué casualidad!!, tan típico de Europamundo), cerca del aeropuerto. 
Apenas llegáramos no habría tiempo para bañarse ni subir a las habitaciones, ni orinar, porque los franceses nos esperaban desde hacía dos horas para cenar.
Así que bajamos del bus y nos encaminamos hacia el restaurante donde nos ofrecerían cena gratis por "gentileza" de Europamundo. ¿Qué gentileza? si el hotel estaba tan alejado que no habría posibilidad de encontrar un restaurante abierto!!
Ahí pensé con horror: si hay pescado me muero!!
No me gusta el pescado y como acá es barato lo sirven hasta con el desayuno.
Pues mis temores se hicieron realidad: pescado con un puchito de arroz.
Como pude dije al mozo (que destilaba antipatía!! -raza que he dado en llamar "la merde de France") que era alérgica al pescado (único modo de que me comprendieran y no me echaran flit) y que aunque sea me dieran sólo el arroz (blanco, aclaro)
Después de unos 15 minutos y cuando mis compañeros de mesa terminaban de cenar, apareció mi plato: unas rodajitas de carne (cortadas con láser) con arroz.
Comí con apetito voraz y paso seguido todos esperábamos el segundo plato. Entonces los franceses alegremente aparecieron con unas compoteritas de ensalada de frutas!!!! y nos mandaron a la cama.
Pero ahí no acababan nuestras penurias.
Se nos informó que nuestras habitaciones no estaban en ese edificio del restaurante, sino que teníamos que caminar unos 100 metros  hasta el anexo del hotel. Los 100 metros resultaron unos 300 en subida, en la oscuridad, con un frío que te calaba los huesos y al llegar otra noticia: como no había cargadores, tendríamos que subir nuestras valijas por el único ascensor.
Internet había, pero sólo en recepción y algo de señal en el primer piso... a mí me tocó el segundo!! por supuesto!!!!
Ah, última recomendación: como el hotel recién abría por temporada, que dejáramos salir un rato el agua caliente antes de bañarnos porque podía salir sucia. Bingo!!
Esperé un buen rato el ascensor que encima era para 4 personas, así que con dos valijas cada uno entraban sólo de a dos, hasta que decidí acarrear mis maletas los dos pisos.
Laaaaargos pisos... llegué con la lengua afuera pidiendo un tubo de oxígeno y pensando en todo lo que tenía que hacer antes de bañarme: poner a cargar la batería de la cámara, bajar las fotos, luego cargar la computadora, el celular, etc.
Cuando intento enchufar, advierto que mi adaptador recientemente adquirido en Roma no servía para enchufes franceses!!!!!!!!!
Ahí exploté. Y cuando digo exploté, es literal.
Bajé nuevamente los dos pisos a pata y fui a la recepción.
Había un franchute muy cortés (pensándolo bien, entonces no debe haber sido franchute) pero no entendía una palabra de lo que le decía. No hablaba inglés, ni español, ni italiano, ni lenguaje de señas.
Como si yo fuera una idiota, me ponía el enchufe de mi cargador en el de la pared, haciéndome ver que no entraba.
Eso ya lo sabía!!!!!!!! Sólo quería que me facilitara un adaptador.
En un momento desapareció y pensé que encontraría la solución.
Recordé la misma situación en Holanda y cómo me facilitaron un cable alternativo para no quedar sin usar el cargador, pero acá era como si hablara en chino mandarín.
Volvió para repetir en francés algo que no comprendí.
Y ahí apareció un salvador de mi grupo, que hablaba francés!!! Claro que mi felicidad se apagó cuando noté que era un brasileño. Entre ellos dos se entendían fenómeno, pero después el problema de comunicación lo teníamos entre nosotros.
Resignada y furiosa volví a subir los dos pisos a pie y me fui a bañar a ver si se me pasaba la bronca. Por suerte el agua salía limpia.
La habitación era rara porque era enorme pero todos los muebles estaban amontonados en un rincón, dejando un montón de espacio muerto e inútil a un lado.
La cama era algo antigua y tenía unas guampas a los costados. Como estaba casi pegada a la pared no les puedo enumerar las veces que me incrusté las mencionadas guampas en mis pobres piernas abolladas, sumando hematomas a la colección que tengo de las rodillas para abajo.
La almohada redonda, como un chorizo. He visto cuadradas, rectangulares, pero jamás redondas!!
Tomé un clonazepam, acomodé la almohada chorizo y me dispuse a dormir.
Entonces zzzzzzzz... mosquitos!!!!!!!!!!!!!!
Encendí la luz con furia asesina tratando de estampar contra la pared a estos inmundos bichos indeseables, mas no tuve suerte.
Y entonces me tapé la cabeza y a pesar de la bronca, del enchufe, de los mosquitos y de la almohada salchicha, el cansancio  finalmente me venció.

2 comentarios:

  1. Oh, Cary!!! Con razón estás tan cansada! Espero hayas podido dormir bien y descansar tus huesos, etc. No tenés adaptador universal después de viajar a tantos diversos países? Seguí sumando historias, a pesar de las broncas, que en definitiva, siempre adorarás viajar! Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto que tengo adaptador y lo tenía sobre la cama donde apoyé la valija cuando la hice, pero se me debe haber caído o algo así porque al llegar no lo encontré. Por eso en Roma tuve que salir a comprar uno.
      Estoy A G O T A D A. Este viaje fue muy intenso y mis pies no contribuyeron en absoluto. Llegaré para entrar en coma post vacacional ja ja Besos!

      Eliminar